Las creaciones de Hanna Jaeun exploran temas como el aislamiento, vulnerabilidad y el anhelo de pertenencia, representados a través de animales o híbridos humano-animales que evocan una sensación de dualidad: inocencia y amenaza, juego y oscuridad, belleza y melancolía. Inspirada por el arte religioso, los cuentos de hadas, la imaginería de muñecos y su amor por los animales, Jaeun crea escenarios que parecen sacados de sueños inquietantes o recuerdos fantasmales de la infancia. Sus obras frecuentemente presentan figuras solitarias o criaturas enigmáticas, como ratones, pájaros o moscas, que actúan como guías visuales para narrar historias abiertas a la interpretación del espectador. Su trabajo no solo captura la atención por su belleza visual, sino también por su capacidad de conectar con el niño solitario y vulnerable que habita en el interior de quienes lo observan.
