La obra de Mia Mäkilä se caracteriza por una fusión única de elementos macabros, humor negro y un estilo expresivo que combina el surrealismo pop con el arte "Lowbrow". Su trabajo abarca pintura, collage y técnicas mixtas, a menudo utilizando acrílico sobre lienzo y collages digitales, y se caracteriza por ahondar las profundidades de la psique humana, abordando emociones primarias como el miedo, la angustia, la vergüenza y la rabia con una honestidad cruda y sin filtros. Mäkilä describe su proceso creativo como una forma de dar sentido a su realidad y enfrentar sus propios demonios internos. En sus palabras, pinta "pesadillas, temores y dolor" para liberarse de ellos. Internacionalmente reconocida, Mäkilä ha expuesto en tres continentes y sus obras destacan por su impacto emocional y su capacidad de seducir al espectador con una mezcla de belleza y perturbación. Su arte no solo es un reflejo de su sensibilidad hacia las capas sutiles de la realidad, sino también una invitación a confrontar lo incómodo con una perspectiva fresca y desafiante.