Las pinturas de Lori Nelson exploran temas universales como el cambio, el aislamiento y el miedo, a menudo representando un mundo donde la fe coexiste con creencias de otros mundos, como alienígenas, fantasmas y yetis. Estas figuras, aunque fantásticas, reflejan las inseguridades y miedos típicos de la adolescencia, presentados de manera mágica y cautivadora.