Las ilustraciones de Troy Brooks, un pintor canadiense conocido dentro del movimiento del surrealismo pop contemporáneo, se caracterizan por su estilo narrativo y cinematográfico, reminiscentes del cine negro. Sus obras suelen presentar protagonistas femeninas con rostros y cuerpos alargados, una estética manierista que les confiere una presencia inquietante y confrontacional. Las mujeres aparecen rodeadas de detalles simbólicos como animales extraños, accidentes perturbadores o ambientes cargados de tensión psicológica. Su uso del óleo tradicional resalta texturas y colores profundos, creando un efecto dramático que evoca glamour como una sensación de fatalidad. Este enfoque descrito como una exploración de la psique humana, con personajes que desafían las normas de género y belleza convencional, aportan una dimensión ambigua y poderosa a su arte.